Sucesión de
pasillos interminables pintan un escenario donde las puertas esconden
horizontes dejados de encontrar por buscadores distraídos. Los que lograron
escapar del laberíntico encierro solo mirando atrás lo descubren soplando
milagros o trenzándolos con una mirada que deja marcas en las uñas cuando la
marea de pestañas deja de abanicar para tomar un descanso y se siente en la
piel el aletear de pies…
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