Algo
distinto hay del otro lado del espejo, la busco donde ella canta con alma de
miles de años y aunque olvidó que alguna vez fue diosa sus teclas de aire
iluminan sus mundos, miro varias veces y repaso hasta ver todos los ladrillos
que de generación en generación le gritan convencimientos que quieren tatuarle
en la piel, que ella es un mito con luz que solo algún reflejo de este lado ve. A pesar de que su piel es olímpica le aviso que si los gritos
de las piedras la rompen ya no sabré
quien soy. Y de pronto lo saben, el tatuaje debe llegar a mi piel rompiendo el
espejo… De pronto, una ventana con soplo de flaco celestial me acuna las lágrimas
y el salto, hay alas que tarde o temprano restauran la piel a personas y
sueños…
No hay comentarios:
Publicar un comentario