No te
vuelvas a meter en mis pesadillas sin una risa aterradora de dientes filosos,
unos cientos de escarabajos amaestrados quizás o un hacha que se precie, un
sable laser. Las miradas de caramelo y deshojar margaritas no se dan la mano
con las arañas enormes que asustan a los demonios y el gigante que dejo a Goya
para tragarse mis plantas. Así que, si tu antifaz no te esconde y Alicia
Maravilla no está disponible, abramos los ojos y vamos a ver la lluvia.
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