martes, 20 de mayo de 2014

Hecho

Noches sin estrellas, las encerraste en un armario hasta que un día alguien abrió la puerta para ver quién viene o sin querer y bingo  sombras en su salsa se reprodujeron en cautiverio y con furia canina te aterrorizan las rodillas. Ladrar no es una opción así que, grita más fuerte de una vez que tu miedo no se escucha.

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