Precioso
lápiz multicolor marcando el paso a los saltos como puente que insiste en ya no
amar la tierra, aunque los girasoles hace tiempo que le dan la espalda y lo
cambiaron por la estrella del norte. Te miro y no carretera sin fin, no sé qué
decirle a tu horizonte sin ojos y bailar con esos violines es indispensable, no
tengo a donde llegar tarde
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